lunes, 1 de abril de 2013

Crónica Etapa 9: Terradillos de los Templarios-El Burgo Ranero

Noveno día sin afeitar. Hoy se acabó lo que se daba. Empezamos nuestro camino sabiendo que es la última etapa del Camino 2013. No hablamos mucho. Supongo que nos embarga algo de muchas cosas: un reto conseguido, cansancio físico, sensaciones de emoción...El día se ha iniciado guapo, ya que el cambio de hora me ha jugado una mala pasada. El móvil no me ha respondido bien y me he levantado una hora antes, a las 5,30. Chuqui me ha oído y me dice´"Dónde vas?". "A la ducha, son las 6,30". Cuando me estaba lavando los dientes ya, se ha abierto la puerta y ha aparecido Chuqui gritando "Son las cinco y media, son las cinco y media!" (igual, igual que el conejo de Alicia en el país de las maravillas). Pasado el susto y ya que he estaba de pie, me he arreglado y he esperado tumbado en la cama a que los demás se levantaran. A las 7.20 Chuqui y yo hemos ido a desayunar. Sólo tenían pastas para nuestro desagrado, pero es lo que hay. Nos hemos despedido de Mariana y Loli que también estaban levantadas y tras la foto de salida, a caminar. El frío es intenso y los coches están helados (mejor  no saber la temperatura). En un momento nos plantamos en los últimos pueblos de Palencia, Moratinos y San Nicolás, donde seguro hubiéramos desayunado mejor (Chuqui dixit). Hemos seguido rápido hasta Sahagún a un ritmo casi de 5 km. Entrando ya hemos alucinado con el arte mudejar de iglesias y monumentos. Muy mal conservada la Iglesia de San Lorenzo (apuntalada). Tras alguna vuelta de más por la localidad, nos deja boquiabiertos el Arco
de San Benito. Sellamos credencial -la obligación impone- y platanito para coger fuerzas. Una senda recta de árboles nos va llevando hasta los dos últimos pueblos de la etapa, Bercianos y El Burgo Ranero. Paramos en Bercianos porque llevamos un paso de 4,8 km/hora y el sol nos ha acompañado también esta etapa. Tras coger fuelle (bocata, cerveza y unas bravas) vamos a todo gas. Yo voy resentido en la pierna teóricamente buena (al haber cargado ésta para preservar la pierna que tenía la rodilla y el talón un tanto tocados, se resiente). La adrenalina y las neuronas tienen un comportamiento especial cuando sabes que el reto está a punto de coronarse.
Teníamos ganas de llegar. A las tres de la tarde, tras 30,6 kilómetros, entramos en El Burgo Ranero. Me duele el pie, pero hemos llegado. Nos hacemos foto en el rótulo de entrada de la población. Es el final de etapa. Final del Camino 2013. 

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